28 de julio de 2006

cesantía

Despertase, lavarse los dientes y quedar desocupado.
Almorzar lavar los platos y segur desocupado, caminar, escuchar música a destajo, salir, juntarse con amigos a la hora que sea, pasear con la novia, en el fondo hacer lo que sea, cuando sea y donde sea.
Eso sería el panorama de vacaciones, pero la diferiencia es que ya no son vacaciones, ni te las financian tus papas, ni nada bondadoso que provenga de un alma caritativa. Es la cesantía juvenil de un profesional recién egresado al que se le ocurrió que la primera pega duraba para siempre y que los dineros eran eternos y a fin de mes aunque se estuviese justo, siempre llega la paga por el esfuerzo realizado y que el trabajo no se iba a acabar. Pero se acabó, si duró lo que tenía que durar, duró el tiempo que me demoré en entender como iban a marchar las cosas.
El asunto es que se acabó, se terminó la pega, el jefe me aviso con tiempo, y la cosa se prolongó.
En fin, de un día para otro, en realidad de un día viernes, en donde iba a empezar un buen fin de semana, que como siempre iba a durar dos días, resultó que se hizo eterno, llevo un mes en esta eternidad, aunque debo decir que igual he estado haciendo cosas, pero no es lo mismo, este mes no habrá suculento cheque y la compra del supermercado se reducirá a lo justo y necesario (no como antes... que buenos tiempos...jaja....) y quizá haya una fin de semana que llegaré a mi casa, como buen hijo que va a ver a su madre, y robaré, aceptaré cuanto regalo se me haga en el hogar que me vió nacer, llegaré a casa nuevamente y empezará otro día de las vacaciones eternas, fabulosas...pero forzadas y nunca bien recibidas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AsI es la vida del cesante me levanto depsierto me acuesto y me vuelvo a dormir...

tamos iguales
saludos a la distacia
aDiOs